Comentario
Capítulo 36
De la fiesta y sacrificios que se hazían en las calendas del décimo séptimo mes, que se llamava títitl
Al mes dézimo séptimo llaman títitl. En este mes matavan a una muger esclava comprada por los calpixques; matávanla a honra de la diosa Ilamatecutli. Dezían que era su imagen; ataviávanla con una naoas blancas y un huipil blanco, y encima de las naoas, poníanla otras naoas de cuero cortadas y hechas correas por la parte de abaxo; y de cada una de las correas llevava un caracolito colgado; a estas naoas llamávanla citlalli icue, y los caracolitos que llevava colgado[s] llamávanlos cuechtli. Y cuando iva andando esta muger con estos atavíos, los caracolitos tocávanse los unos con los otros, y hazían gran ruido que se oían lexos. Las cotaras que llevava eran blancas y los calcaños eran texidos de algodón; llevava también una rodela blanca, emblanqueada con greda; llevava en el medio de la rodela un corro hecho de plumas de aguila y cosido a la misma rodela; los rapazejos de abaxo eran blancos, hechos de plumas de garçotas, y en los remates de los rapazejos ivan unas plumas de águila enxeridas; en la una mano llevava la rodela, en la otra el tzotzopaztli con que texen, y llevava la cara teñida de dos colores: desde la nariz abaxo de negro, y desde la nariz arriba de amarillo; y llevava una cabellera que le colgava por las espaldas. Llevava por corona unas plumas de águila apegadas a la cabellera; llamavan a esta cabellera tzompilinalli.
Ante que la matassen a esta muger, hazíanla dançar y bailar, y hazíanle el son los viejos, y cantávanle los cantores; y andando bailando, llorava y suspirava y angustiávase viendo que tenía cerca la muerte. Esto passava hasta mediodía, o poco más; ya que el sol declinava hazia la tarde, subíanla aquel cu de Uitzilopuchtli, y ívanla siguiendo todos los sátrapas, vestidos de los ornamentos de todos los dioses, y enmascarados; y también uno de ellos llevava los ornamentos y máscara de la diosa Ilamatecutli. Haviéndola llegado arriba, matávanla luego y sacávanle el coraçón; luego la cortavan la cabeza y dávanla al que llevava los ornamentos de aquella diosa con que iva vestido, el cual iva delante de todos, y tomávala por los cabellos con la mano derecha y llevávala colgando; iva bailando con los demás, y levantava y abaxava la cabeça de la muerta a propósito del baile, y guiava a todos los demás dioses o personajes de los dioses.
Assí bailando, andavan alrededor por lo alto del cu; haviendo dado algunas bueltas tornávanse a descender por su orden, como en procesión; y llegando abaxo, luego todos se esparzían y se ivan a sus casas, que eran los calpules donde se guardavan aquellos ornamentos. Cuando bailava aquel que iva adereçado con los atavíos de la diosa Ilamatecutli, hazía continencias bolviendo hazia atrás, como haziendo represa, y alçava los pies hazia atrás; llevava en la mano por bordón una caña maziza sobre que istribava; esta caña tenía tres raízes y su cepa, y aquello iva hazia arriba y punta hazia abaxo; a esta manera de bailar dezían "recula".
La diosa Ilamatecutli llevava también una máscara de dos caras, una atrás y otra delante, las bocas muy grandes y los ojos salidos; llevava una corona de papel almenada.
En yéndose los dioses para los calpules, descendía luego un sátrapa de lo alto del cu; venía ataviado como mancebo; traía una manta cubierta como red, que llamavan cuechintli. Llevava en la cabeça unos penachos blancos, y atados los pies, como cascabeles, unos pescuños de ciervos; y llevava una penca de maguey en la mano, en lo alto de ella una vanderilla de papel; y llegando abaxo, ívase derecho para el pilón que llaman cuauhxicalco. Allí estava una casilla, como jaula, hecha de teas, y lo alto tenía empapelado como tlapanco; a éste llamavan la troxe de la diosa Ilamatecutli. Aquel sátrapa ponía la penca de maguey cabe la troxe, y pegava fuego a la troxe, y otros sátrapas que allí estavan luego arrancavan a huir por el cu arriba a porfía. A esta cerimonia llamavan xochipaina; y estava arriba una flor, que llamavan teuxóchitl, y el que primero llegava tomava aquella flor, y los que havían subido descendían trayendo la flor y arrojávanla en el cuauhxicalco, adonde estava ardiendo la troxe; hecho esto luego se ivan todos.
El día siguiente començaban el juego que llaman nechichicuauilo. Para este juego todos los hombres y muchachos que querían jugar hazían unas taleguillas, o redezillas, llenas de la flor de las espadañas o de algunos papeles rotos; atavan a ésta un cordelejo o cinta, media braça de largo, de tal manera que pudiesse hazer golpe; otros hazían a manera de guante las taleguillas, y hinchíanlas de lo de arriba dicho, o de hojas de maíz verde. Ponían pena a todos éstos, que nadie echasse piedra, o cosa que pudiesse lastimar, dentro de las taleguillas. Començavan luego los muchachos a jugar este juego a manera de escaramuça, y dávanse de talegaços en las cabeças y por donde acertavan; y de poco en poco se ivan multiplicando de los muchachos, y los más traviesos davan de talegaços a las muchachas que passavan por la calle; a las vezes se juntavan tres o cuatro para dar a una; de tal manera la fatigavan que la hazían llorar. Algunas muchachas, que eran más discretas, si havían de ir a alguna parte, entonce llevavan un palo o otra cosa que hiziesse temer para defenderse. Algunos muchachos traviesos ascondían la talega, que llamavan chichicuatli, y cuando passava alguna muger descuidadamente, dávanla de talegaços, y como le dava un golpe dezía: Chichicuatzin, tonantzé, que quiere decir: "Madre nuestra, es la talega de este juego"; y luego dava a huir. Todos estos días que durava este juego las mugeres andavan muy recatadas cuando ivan a alguna parte.
Esta es la relación de la fiesta de títitl.
Capítulo 37
De la fiesta y cerimonias que se hazían en las calendas del 18 mes, que se llamava izcalli
Al deziocheno mes llamavan izcalli. A los diez días de este mes hazían tamales de hojas de bledos muy molidas. Dezían a esta fiesta motlaxquian tóta, que quiere dezir "nuestro padre el fuego tuesta para comer".
Hazían la estatua del dios del fuego de arquitos y palos atados unos con otros, que ellos llaman colotli, que quiere dezir "zimbria o modelo". Poníanle una carátula de obra de musaico; era toda labrada de turquesas con unas vandas de piedras, que se llaman chalchihuites, atravesadas por la cara; era muy hermosa esta máscara, y resplandeziente. Poníanle una corona que la llamavan quetzalcómitl; era hecha de plumas ricas; era angosta, conforme al redondo de la cabeça en lo de abaxo, pero ívase ensanchando hazia arriba; estavan las plumas arriba muy paradas, bien así como un clavel que está enredado de cañas, y arriba están parradas todas las flores por enzima de las cañas. Lleva también esta corona dos plumajes, uno de la parte izquierda y otro de la parte derecha, que salen de junto a las sienes, a manera de cuernos inclinados hazia adelante; en el remate de ellos van muchas plumas ricas, que llaman quetzalli, que salen de unos vasos hechos a manera de xícara chiquita; estos dos plumajes o cuernos se llamavan cuam[ma]malitli. Llevava esta corona cosida por la parte trasera y baxa, y una cabellera de cabellos rubios que colgava sobre las espaldas; eran estos cabellos cercenados por la parte de abaxo muy iguales; parescía que estos cabellos salían debaxo la corona y que eran naturales.
Ponían a esta estatua un ornamento de plumas muy ricas plegado al cuello, tan ancho como todos los pechos, que descendía hasta los pies del mismo anchor; y aunque sobrava sobre los pies más de dos palmos, que se tendían delante los pies, era hecho de tal manera este ornamento que cualquiera aire que corriesse, por poco que fuesse, le meneava y levantava, y todas las plumas resplandecían y parecían de diversas colores. Estava sentada esta estatua en un trono de cuero de tigre que tenía pies y manos y cabeça natural, aunque estava seco; esta estatua así adornada no lexos de un hogar que estava delante de ella. Y a la medianoche sacavan fuego nuevo para que ardiesse en aquel hogar, y sacávanlo con unos palos, uno puesto abaxo y sobre él barrenavan con otro palo, como torciéndole entre las manos con gran priessa, y con aquel movimiento y calor se encendía el fuego; y allí lo tomavan con yesca y encendíanlo en el hogar.
A la mañana, en amanesciendo, venían todos los muchachos y mancebillos trayendo todos la caça que havían tomado el día antes, y ordenávanse todos en rencle y ivan delante los viejos, que estavan allí junto a la casa del calpulli, donde estava la estatua, y ofrecíanlas las aves que traían caçadas de todo género, y también peces y culebras, y otra savandijas del agua; y recibiendo estas ofrendas, los viejos echávanlas en el fuego que era grande y ardía delante la estatua.
Las mugeres toda la noche se ocupavan en hazer unos tamales que llamavan uauhquiltamalli, y también en amanesciendo los ivan a ofrecer delante la estatua, y assí estava gran cantidad de ellos delante la estatua. Y como los muchachos ofrecían la caça que traían, entravan assí como ivan ordenados y davan una buelta en rededor del fuego, y cuando passavan cabe el fuego estavan otros viejos que davan a cada uno de los muchachos un tamal, y assí se tornavan a salir los muchachos por su orden. A estos tamales los llamavan también chalchiuhtamalli. Toda la gente y en todas las casas se hazían estos tamales, y combidavan unos a otros con ellos; a porfía trabaxavan cual por cual haría primero estos tamales. Y la que primero los hazía iva luego a combidar con ellos a sus vezinos para mostrar su mayor diligencia y su mayor urbanidad. La vianda que se comía con estos tamales eran unos camarones que ellos llaman acocilti, hechos con un caldo que ellos llaman chamulmulli. Todos comían en sus casas esta comida muy caliente y tras el fuego; y las camisillas de maíz con que estava[n] [en]vueltos los tamales, cuando se las quitavan para comerlos, no las echavan en el fuego sino juntávanlas para echarlas en el agua. En acabando de comer esta comida, luego bevían pulcre los viejos del barrio en la casa del calpulco, donde estava la estatua, y llamavan esta bevida texcalceuía; bevían y cantavan delante la imagen de Xiuhtecutli hasta la noche.
Esta es la relación de la fiesta que llamavan uauhquiltamalcualiztli.
Lo que está dicho arriba se hazía a los diez días de este mes, y a los veinte días de este mismo mes hazían otra vez estatua del dios del fuego de palillos y círculos atados unos con otros, como arriba se dixo. Acabada de hazer la estatua, poníanla una carátula, o máscara, hecha de musaico, de pedacitos de conchas que llaman tapachtli; la barba y hasta la boca tenía esta máscara de piedras negras, que llamavan téutetl. También tenía una banda de piedras negras, que atravesava las narizes y ambos los rostros; era hecha de unas piedras que se llama tezcapuctli. Poníanle en la cabeça una corona de plumajes ricos, que estavan alrededor de la cabeça, y del medio salían muchos quetzales ricos y altos; colgavan de esta corona, sobre las espaldas, unas plumas verdes muy preciosas. Tenía aquella corona adornado el chapitel de unas plumas muy negras, que resplandecían de negras, que crían las gallinas y los gallos en el pescueço, y entrepuestas unas pestañas de plumas peladas que parescían como pestañas de tafetán. Poníanle una pieza hecha de plumas de papagayo plegada al cuello; era tan ancha que tomava de un hombro a otro, y colgava hasta los pies y aun arrastrava; era igualmente ancha desde arriba hasta abaxo.
Estando adornada esta estatua, que llamavan Milíntoc, y sentada en su trono, ofrecíanle harina de maíz; esta harina rebolvían con agua caliente; de esta masa hazían unos panecillos pequeños, echávanlos en el medio frixoles como empanados, no molidos, y luego ivan a ofrecer delante la estatua. Cada uno llevava cinco de aquellos panecillos, y poníanle a los pies de la estatua. También los muchachos y mancebillos, puestos por orden, traían su caça y dávanla a los viejos, y los viejos echávanla en el fuego que ardía delante la estatua. Esta caça era de aves y culebras, y otras savandijas; y las pequeñas culebras y las pequeñas aves quemávanse del todo en el fuego, y las grandes culebras y las grandes aves, desque estavan asadas, sacávanlas; echávanlas allí, a la orilla del fuego. Y después que se templavan, comíanlas los viejos que llamavan calpuleque. Y los muchachos, como ivan ofreciendo, davan bueltas alrededor del fuego, y a la passada davan, a cada uno, uno de los panecillos que havían ofrecido, los cuales llamavan macuextlaxcalli.
Acabando de comer estos panecillos y la demás comida, luego los viejos bevían pulcre; esta bevida llamavan texcalceuilo; bevían allí en el mismo oratorio donde estava la estatua del Milíntoc, que llaman calpulco. Y los que hazían vino de maguey, que llamavan tlachicque o tecutlachicque, tenían cargo de traer el pulcre para bever; de su voluntad ivan; traíanlo en sus xarros o xícaras; echavan en un lebrillo que estava allí delante la estatua; los que bevían este pulcre no se emborrachavan. Estas dos cerimonias dichas no se hazían en todas partes, sino por aquí, por Tlatilulco.
Acabado este mes, los cinco días que se siguen son sobrados de los trezientos y sesenta ya dichos, los cuales todos de veinte en veinte están dedicados a algún dios; estos cinco días a ningún dios están dedicados y por esso los llaman nemontemi, que quiere dezir que están por demás, y teníanlos por aziagos; ninguna cosa hazían en ellos. Los que nacían en estos días teníanlos por mal afortunados; ningún signo los aplicavan.
Tres años arreo hazían lo que arriba está dicho en este mes y en esta fiesta, pero al cuarto año hazían muchas otras cosas, según que se sigue. Este cuarto año matavan muchos esclavos, como imágines del dios del fuego, que llamaban Ixcoçauhqui o Xiuhtecutli, y cada uno de ellos iva con su muger que también havía de morir. Este cuarto año, el último día de este mes, en amanesciendo, llevavan a los que havían de morir al cu, donde los havían de matar. Las mugeres que havían de morir llevavan todos su hatillos y todas sus alhajas a cuestas, y los hombres lo mismo. Los papeles con que havían de morir no los llevavan vestidos, mas llevávanselos uno delante puestos en una trípoda, que era un globo que tenía tres pies sobre que estava; sería medio estado de alta esta trípoda sobre el globo. Ivan compuestos estos papeles y colgados, y uno llevava esta trípoda delante del mesmo esclavo, a quien se lo havían de vestir. Y llegando al cu donde havían de morir, componíanlos con sus papeles en la forma del dios Ixcoçauhqui, ansí a los hombres como a las mugeres, y por su orden subían al cu. Llegados arriba, davan buelta por delante del taxón donde los havían de matar, y tornávanlos a descendir por su orden y llevávanlos al calpulco, y descomponíanlos de los papeles, y metíanlos en una casa y guardávanlos con gran diligencia. Y a los hombres atavan unas sogas por medio del cuerpo, y cuando salían a orinar, los que los guardavan teníanlos por la soga porque no se huyesen. Y llegada la medianoche, cortávanlos los cabellos de la coronilla de la cabeça, delante del fuego, para guardar por reliquias. Haviéndolos cortado los cabellos, echávanlos una bilma en toda la cabeça con resina y plumas de gallina blanca, así a los hombres como a las mugeres. En aquella noche nadie dormía; luego quemavan sus hatillos y alhajas allí en el calpulco, y haviéndolos quemado, tornavan otra vez a encerrar. Algunos de ellos no quemavan sus hatos, sino los davan de gracia [a] sus parientes. Y luego, en amanesciendo, componían a los que havían de morir con sus papeles, y luego los echavan en procesión al lugar donde havían de morir; ivan bailando y cantando hasta el cu y davan muy grandes vozes. Este canto y este baile durava hasta después de mediodía, y passando el mediodía, luego baxava del cu un sátrapa vestido con los ornamentos del dios Páinal, y passava por delante de los que havían de morir y luego tornava a subir al cu, y luego los captivos ivan tras él subiendo por el cu, porque ellos havían de morir primero.
Haviendo muerto a los captivos, luego matavan a los esclavos que eran imágines del dios lxcoçauhqui, que era el dios del fuego. Y después que todos havían muerto, estavan aparejados los señores principales para començar su areito muy solemne, y luego le començaban, y el que guiava era el señor. Llevavan todos en la cabeça unas coronas de papel como medias mitras; solamente llevavan la punta delante sin la de tras. Llevavan en las narizes un ornamento de papel aquí hecho como media mitra pequeñita que envestía la nariz y colgava hasta la boca; era como corona de la boca. Llevavan orejeras hechas de turquesas, de obra de musaico; otros que no alcançavan estas orejeras llevávanlas de palo labradas con flores. Llevavan una xaqueta pintada de color açul, de unas flores curiosas. Llevavan por joel colgado al cuello una figura de perro hecha de papel y pintada de flores, y llevavan unos maxtles con unas vandas negras en los cabos que colgavan, y llevavan en las manos unos palos a manera de machetes, la mitad de ellos teñida con colorado y la mitad blanco, desde el medio arriba de colorado y desde el medio abaxo de blanco; de la mano izquierda llevava colgado una taleguilla de papel con copal.
El principio de este baile era en lo alto del cu adonde estava el taxón, y haviendo bailado un poco descendían abaxo, al patio del cu, y davan cuatro bueltas bailando al patio, las cuales acabadas, luego se deshazía el areito y entrávanse en el patio real acompañando al señor. Este baile se llamava netecuitotilo, porque en él nadie havía de bailar sino el señor y los principales; hazíase de cuatro en cuatro años tan solamente. En este mesmo día agujeravan las orejas a todos los niños y niñas que havían nascido en los tres años passados; agujerávanselas con un punçón de hueso, y después se las ensalmavan con plumas de papagayo, con las muy blandas que parescen algodón, que se llama tlachcáyotl, y con un poco de ocótzoll. Y cuando esto se hazía, los padres y madres de los muchachos y muchachas buscavan padrinos y madrinas, que ellos en su lengua llaman tíos y tías, tétlat, teaui, para que los tuviessen cuando agujeravan las orejas; y ofrecían entonces harina de una semilla que llaman chían, y a los padrinos y madrinas dávanles al hombre una manta leonada o bermeja, y a la madrina davan su huipil.
Acabándolos de horadar las orejas, llevávanlos los padrinos y madrinas a rodearlos por la llama de un fuego que tenían aparejado para esto, que en latín se dize lustrare, que es cerimonia que la Sagrada Escritura reprehende. Havía gran bozería de los muchachos y muchachas por el agujeramiento de las orejas. Hecho esto, ívanse a sus casas y allá comían y bevían los padrinos y madrinas, todos juntos, y cantavan y bailavan. Y al mediodía los padrinos y madrinas ivan otra vez al cu y llevavan sus ahijados y ahijadas; también llevavan pulcre en sus jarros; luego començavan un areito, y bailando traían a cuestas a sus ahijados y ahijadas y dávanlos a bever del pulcre que llevavan con unas tacitas pequeñitas; y por esto llamaban a esta fiesta "la borrachera de los niños y niñas". Durava este baile hasta la tarde; entonces se ivan a sus casas, y en el patio de sus casas hazían el mismo areito, y todos los de casa y los vezinos bevían pulcre.
También hazían otra cerimonia, que tomavan con las manos a los niños y niñas, apretándoles por las sienes los levantavan en alto; dezían que assí los hazían crescer, y por esto llamavan a esta fiesta izcalli, que quiere dezir "crescimiento".
Esta es la relación de esta fiesta, aunque hay otra más copiosa que se pondrá adelante.
Capítulo 38
De la fiesta llamada oauhquiltamalcualiztli, que se hazían a los diez días del mes arriba dicho, que se hazían a honra del dios llamado Ixcoçauhqui
Síguese otra relación más copiosa de este mes, y es que este mes començava siempre a ocho de enero y en él se acabava el año. En este mes, como está dicho arriba, comían tamales por todos los pueblos y en todas las casas y toda la gente, y combidávanse los unos a los otros con ellos, como arriba se dixo. Y también ofrecían al fuego cada uno en su casa cinco hoauhquiltamales puestos en un plato, y también ofrecían sobre las sepulturas de los muertos, adonde estavan enterrados, a cada uno un tamal. Esto hazían ante que ellos comiessen de los tamales; después comían todos y no dexavan ninguno para otro día; esto por vía de cerimonia.
Cuando ya estava cerca la fiesta donde havían de matar los esclavos a honra del dios del fuego llamado Ixcoçauhqui, aquellos que por su devoción tenían comprados esclavos para matar, y engordados como puercos para comer, haziendo demonstración de ellos, uno o dos días antes de la fiesta, adereçava a cada uno su esclavo con los papeles y ornamentos del dios Ixcoçauhqui. Esta demonstración hazían con desseo de ser honrado y tenido de los otros por poderoso y devoto, y con desseo que se le augmentassen las riquezas con aquella devoción. Estos dueños que matavan a estos esclavos llamávanse tealtiani, que quiere dezir "bañadores", y es porque cada día bañavan con agua caliente a estos esclavos. Este regalo y otros muchos los hazían porque engordassen; hasta el día que havían de morir dávanlos de comer delicadamente y regaladamente, y acompañava cada dueño del esclavo a una moca pública a su esclavo para que alegrasse y retoçasse, y le regalasse y no le consintiesse estar triste, porque assí engordasse. Y cuando aquel esclavo iva a morir dava todos sus vestidos aquella mora que le havía acompañado todos los días antes.
Esta fiesta se dezía izcalli, porque en ella hazían aquella cerimonia a los niños y niñas para que creciessen como está dicho. No solamente hazían esto, pero también en esta fiesta, o en los términos de ellas chapudavan los magueyes y los tunales para que cresciessen.
Lo demás que en esta fiesta se hazía, que se contiene en esta letra de la lengua mexicana, que es del agujerar de las orejas de los niños y niñas, etc., ya queda dicho atrás. Llamavan a esta fiesta pillaoano, que quiere dezir "borrachera de los niños"; en esta borrachera todos bevían pulcre, hombres y mugeres, niños y niñas, viejos y moços; todos emborrachavan públicamente y todos llevavan su pulcre consigo, y los unos davan a bever a los otros, y los otros a los otros. Andava el pulcre como agua en abundancia, y todos llevavan unos vasos que tenían tres pies y cuatro esquinas, que llamávanlos tzicuiltecómatl; con éstos bevían y davan a bever; todos andavan muy contentos, muy alegres y muy colorados con el pulcre que bevían en abundancia. Y después de borrachos, riñían los unos con los otros, y apuñávanse y caíanse por esse suelo de borrachos unos sobre otros, y otros ivan abraçados los unos con los otros hazia sus casas; y esto teníanlo por bueno, porque la fiesta lo demandava assí.
Después de esta fiesta, como está dicho, siguíanle luego los cinco días que llamavan nemontemi, a los cuales tenían por aziagos y ninguna cosa osavan hazer en ellos, ni aun barrer la casa, ni havía actus judiciarios. A los que en ellos nacían, si era varón, poníanle nombre nemon o nentlácatl, o nenquizqui, que quiere dezir "ni vale nada, ni será para nada, ni havrá provecho de él"; y si era muger, llamávanla nencíoatl, que quiere dezir "muger para nada".
Guardávanse en estos días de dormir entre día, ni de reñir los unos con los otros, ni de tropeçar, ni caer, porque dezían que si alguna cosa de éstas les acontecían estos días, que siempre les havía de acontescer adelante. Y si alguno enfermava en estos días, dezían que no havía de sanar; nadie tenía esperança que havía de bivir o escapar, ni hazían cuenta del tal, ni le aplicavan medicina. Y si alguno sanava, dezían que dios havía havido misericordia de él, y que él solo havía entendido en sanarle o curarle.